Benedetti decía algo así como:»Todos los instantes de mi vida tienen algo tuyo/ vos lo sabéis tanto como yo». Del mismo modo, todos los rincones de mi casa paterna tiene algo mío. Mientras mi madre se afana en sus quehaceres, paseo por su casa, por nuestra casa, y descubro la belleza de sus rincones. Pequeños objetos que han sobrevivido a todas las mudanzas, colocados con mimo por mi madre, cada uno con su historia. Algunos provenientes de varias generaciones atrás, otros elegidos cuidadosamente por ellos. Parar el tiempo, perpetuar este instante, a mi padre dormitando tan cerca y tan lejos, pero aún al alcance de mi mano y de mis besos (hace un rato abrió los ojos, le llamé y, milagro, me miró y se le iluminó la cara mientras levantaba el brazo y me cogía la mano. Fue un instante, un segundo después volvió a ese agujero negro donde vive, pero sé que me reconoció, después de estos años, este regalo).
La belleza que mi madre imprime a todo lo que toca.
Que bonito Sol! Eres una artista.
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Y tú eres una hermana, de ahí la ceguera. Besos miles
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precioso ¡¡¡¡
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La cosa queda en familia!!! Gracias, anciana tía. Besos miles también para tí
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Tu casa, cuando la conocí, también esta llena de recuerdos, muchos recuerdos, en eso te pareces a tu madre. Y ya se sabe: «quien a su madre parece…honra merece»
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Sí, tiendo a amontonar cosas. Recuerdo que mi padre decía que había que ir pidiendo permiso a los muebles para pasar, refiriéndose a su casa, y eso es extensible a las nuestras. Pero los objetos que hemos ido escogiendo a lo largo de la vida tienen mucho nuestro ¿verdad?, y cuesta desprenderse de ellos. Un abrazo fortísimo, amigo.
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Precioso ese instante en el que se reencuentran las miradas…
Un beso fortíiiisimo!!
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