Sunset Song es una película bellísima e insoportable. Se trata de la adaptación al cine de la novela del escocés Lewis Grassic, y cuenta las desventuras de una joven campesina escocesa a principios del siglo pasado. Durante la primera media hora la disfruté mucho, a pesar de su ritmo en exceso pausado. Pero la belleza de la fotografía, la música, el texto que recitaba una voz femenina (pleno de resonancias poéticas) parecían precisar de esa premura. La ambientación tenía resonancias pictóricas (me recordaron los interiores de Jozef Israëls), los exteriores, hermosísimos, me hablaban de una tierra que llevo años queriendo visitar.
Pero los planos interminables, la parsimonia con que se detenía en cada detalle, el exceso de melancolía me fue pesando como una losa y estaba deseando que terminara tanta exquisitez para salir a la calle y respirar un poco de vulgaridad. Se me hizo eterna, a pesar del buen trabajo de todos los actores, con Agyness Deyn a la cabeza.