Spy Booth («la cabina espía»), una de las obras más emblemáticas de Bansky, pintada en 2014 en la fachada de un edificio en proceso de rehabilitación, ha sido destruida accidentalmente por los operarios y reducida a escombros. Se encontraba en la localidad inglesa de Cheltenham, y con ella el grafitero pretendía denunciar el espionaje al que los gobiernos tienen sometidos a los ciudadanos. David Possee, propietario de la casa , ha insistido en que su destrucción ha sido accidental y que en ningún momento pretendió separar la obra de su enclave para negociar con ella, como ha ocurrido con otras obras de Bansky. Desde que el arte urbano ha entrado en los museos se ha convertido en objeto de rapiña. Una lástima.