¡Si me llamaras, sí;
si me llamaras!
Lo dejaría todo,
todo lo tiraría;
los precios, los catálogos,
el azul del océano en los mapas,
los días y sus noches,
los telegramas viejos
y un amor.
Tú que no eres mi amor,
¡si me llamaras!
Y aún espero tu voz:
telescopios abajo,
desde la estrella,
por espejos, por túneles,
por los años bisiestos
puede venir. No sé por dónde.
Desde el prodigio, siempre.
Porque si tú me llamas
-¡si me llamaras, sí; si me llamaras!-
será desde un milagro,
incógnito, sin verlo.
Nunca desde los labios que te beso,
nunca
desde la voz que dice: «No te vayas.»
Este maravilloso poema ha sido un inesperado regalo de Miguel y yo te lo dedico a ti, mi amor. Es de Pedro Salinas, y forma parte del poemario La voz a ti debida.
Puffffff, Sol !!
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Maravilloso poema!! No hay palabras para decir la emoción tan grande que he sentido en lo más profundo de mi corazón.
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Dicen que los hombres no lloran.
No es verdad.
Soy hombre.
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Decir el amor así y entregarse…
Celia
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Sol…
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Hermoso poema, hermosa foto de un momento preciado que compartes con nosotros y un sentimiento tan confuso y amplio que entiendo tan bien Sol…por eso adoro entrar a tu casa, me siento menos sola admirando un Rotko con el hombre que amo que ya no está
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A todos, todo mi cariño
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