La Orquesta de Cámara de los Virtuosos de Moscú en el Auditorio

20161018_201219Confieso mi amor incondicional por el pueblo ruso, con cuyos excesos temperamentales me siento muy identificada. Ni que decir tiene que adoro su cultura: su literatura, su pintura y, sobremanera, su música, me conmueven  hasta el impudor. Hace unos días disfrutamos en el Auditorio de los Virtuosos de Moscú, una orquesta de cámara fundada por el violinista Vladimir Spivakov en 1979, muy vinculada a mi tierra, Asturias, donde se instalaron desde 1990 hasta 1999 formando la Orquesta Filarmonía. A partir de esa fecha, y de nuevo en Moscú,  Spivakov rescató el proyecto de los Virtuosos, poniéndose al frente de la formación.

20161018_210619El precioso Concierto en Re menor para dos violines de Bach fue interpretado por Spivakov y una jovencísima violinista granadina, María Dueñas, que parece estar desarrollando una prometedora carrera y que ejecutó su lección con corrección, que seguramente sea lo máximo que se le puede pedir a una niña de 13 años. Luego llegó el esplendor de los rusos: Primero, la Sinfonía de Cámara de Shostakovich, dulce y vehemente, apasionada y romántica, preciosa pieza que no conocía y que disfruté mucho. Después del descanso, la Serenata en Do mayor de Chaikovski. Un acierto por parte del director saltarse las pausas entre movimientos, evitando así el despliegue de toses y carraspeos a los que tan aficionado es el respetable en España. Se nota que le sobra experiencia al respecto. Se metió definitivamente al Auditorio en el bolsillo con las propinas: las Danzas Húngaras de Brahms, Libertango de Astor Piazolla y un tema de Shostakovich que no identifiqué.

Os dejo con la Sinfonía de Cámara, interpretada por la Silesian Chamber Orchestra Ostrava.

2 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Fred Anónimo Veneciano dice:

    Qué blanca la cabeza de este Spivakov; apenas lo identifico con aquel menudo «virtuoso» recién llegado a Asturias en los noventa… Qué gusto y qué privilegio tenerlo tan cerca entonces, con sus otros Virtuosos venidos del frío y que tan bien se llegaron a encontrar en estos precipicios. Recuerdo un concierto del conjunto en la iglesia de San Pedro, en La Felguera, al fiinal del cual adquirí un vinilo con unos cuantos divertimenti de Mozart magistralmente interpretados por ellos. Por ahí debe de andar…Me he de ocupar de él, pues he vuelto a desempolvar mis microsurcos, desde hace mucho tiempo relegados por la fria plata de los CD.
    Tengo, en uno de ellos, este concierto de Bach para dos violines que citas, a cargo de Anne-Sophie Mutter y Salvatore Accardo: una delicia. Y la Mutter tan bella por entonces (y por ahora)…
    Precisamente, Sol, vengo asistiendo desde hace unas semanas a un curso presencial de la UNED sobre Bach y familia. Y es que uno no termina de dejar el cole. Nunca.
    Beso tu mano.

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    1. Sol dice:

      Uno no deja el cole nunca si, como es tu caso, su curiosidad y suamor a la belleza no «ve sebe». Querido, es un lujo tenerte cerca. Un abrazo enorme

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