Bruselas me recibe un día blanco, con esa luz fría que sin embargo te envuelve en un halo cálido y dulce. La luz del norte siempre me acoge y me hace sentir en casa. Europa. Con mi más que deficiente dominio de sus lenguas, en cualquier país europeo me siento en casa, me reconozco parte de esto, de sus luces y de sus sombras. Pertenezco a una generación eminentemente europeista, me siento parte de esta comunidad vieja y decadente, en la que me constato ciudadana libre, y que hoy está siendo corroída por los nacionalismos. En Londres, Budapest, Viena, Roma o Berlín, en cualquier pequeño pueblo de mi continente, me sé en mi patria.
Bruselas es hermosa. El barrio europeo, que acoge las sedes de la mayor parte de las instituciones europeas , posee rincones deliciosos, como los alrededores de Ambiorix, por cuyas calles y parques deambulo durante mis primeras horas en la ciudad. El Square Marie Louise, con su precioso lago, es el lugar perfecto para comenzar la mañana haciendo jogging o pasear a los perros, rodeado por algunas de las edificaciones más elegantes de la ciudad.
He conocido pocas ciudades europeas con más profusión de zonas verdes y calles y avenidas bordeadas de árboles centenarios que Bruselas. El Square Marie Luise desemboca en la Avenue Parmeston, y esta en Square Ambiorix y en Square Marguerite. Y aquí podemos encontrar verdaderas joyas del modernismo, del que esta ciudad posee auténticos tesoros. Arriba, a la izquierda, dos creaciones de Victor Horta, arquitecto bruselés pionero de este movimiento, del que os hablaré más adelante, y cuya casa-museo es uno de los lugares más hermosos de la ciudad.
Paseo maravillada. Arriba, a la derecha, la preciosa Villa Germaine, de ladrillo rojo y cerámica amarilla y verde. Y a la izquierda, la Maison Saint-Cyr, de 1903, diseñada por el arquitecto Gustave Strauven para el pintor George de Saint-Cyr, de solo cuatro metros escasos de fachada. Una belleza con rejería de hierro forjado, un capricho de curvas y figuras geométricas. Apoteosis del modernismo.
¿Y qué mejor que Le Plat Pays, de Brel, para acompañar mis primeros pasos por la capital de Europa?
Siento igual Sol, porque tengo raíces franco portuguesas pero te voy a ofrecer esta perla que descubrí. Te va a transportar a espacios muy disimiles de los que frecuentamos pero vas a enamorarte de la poesía que no es más que una copla preciosa y tierna perteneciente a la cultura de la Puna norteña de mi país. Lee luego la información, porque doña Ubenza existió, es una de las tantas mujeres de los pueblos originarios de nuestras provincias , geográfias tan diferentes que expresan la belleza poética de cualquier lugar en el mundo. Ahí va
https://g.co/kgs/tdh9sR

Este autor y esta coplera son Salteños, y te comparto mi lugar en el mundo que forma parte de la misma Puna pero en Jujuy, Purmamarca
Bienvenida a mi país…
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Qué preciosa copla, Sylvie. Qué ternura. He leído la entrevista con su autor y navegado por tu tierra, esos paisajes increíbles. Ojalá algún día pueda visitarlos. Gracias por traernos a nuestra casa, Es mágica esta manera de acercarnos. Un montón de besos
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Si , magia pura Sol porque ya estoy leyendo tu último post y me siento nuevamente en tus lugares, por lo de las firmes creencias de tu madre,recordas? esas de plantarse jacintos, sonrío mientras las pienso.Porque yo me los planto en viajes y vos le pones palabras hermosas a mis sentires… beso grande y te dejo con los versos hermosos de esta copla
El viento va, borrando huellas a mi dolor. Silencio puro es mi corazón…
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«El viento va, borrando huellas a mi dolor». Precioso, Sylvie. Plantémonos jacintos hasta cubrir de colores el jardín. Gracias, guapa. Sigue con nosotros, por favor. Un abrazo muy fuerte
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