En la Rue du Chene, muy cerca de la Rue d’Étuve donde reina el Manneken-Pis se encuentra este Manneken-Peace, el gemelo de nuestro niño meón. Seguimos en Bruselas, la capital europea del cómic y una de las ciudades donde el arte urbano se ha desarrollado con mayor libertad.
Por lo general, el arte urbano en Bruselas reproduce el mundo del cómic. No dejan medianera a salvo, y dan a la ciudad un toque amable y colorista que me encanta. Tintín, Lucky Luke, los Pitufos.
En muchos rincones del centro de la ciudad, en las estaciones de metro Stockel, Ribacourt y Porte de Hal, en cualquier sitio puedes encontrarte inmersa en el cómic. Una ciudad deliciosa. Y para que os acompañe, una canción de mi infancia: Francoise Hardy y Tous les garçons…
Había ido con mi peque por un asunto de Editions du Lombard y estuvimos en un sarao en la torre de la Avenue Paul-Henry Spaaak, al lado de la bulliciosa Gare de Midí (cómo estaba de astroso el barrio, Dios…), Visitamos el pequeño museo de la editorial, a mayor gloria de Tintín, y tomamos una copa de champán mientras veíamos la exposición con los trabajos finalistas… Recuerdo que por entonces la alcaldesa era una mujer de origen magrebí, morena y menuda, no recuerdo ahora el nombre… Allí estaba muerta de risa alternando con los comiqueros.
Y en los días siguientes nos papamos casi todas las medianeras de Bruselas (guía en mano), pintadas como viñetas de cómic; algunas de este post las recuerdo perfectamente (la de los fuegos de artificio, seguro). Se puede decir que fue una gira casi profesional… Una gozada.
Lo que no faltó fue la piña de asiáticos (japoneses por la pinta) que miraban embobados la insignificante figurilla (además es una copia) del dichoso amorcillo meón, que entonces estaba desnudito.
Mi afecto, Sol.
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Yo, cuando sea mayor, quiero contar las cosas con el encanto con el que las cuentas tú, amigo mío. Cualquier anécdota, en tu pluma, es un acontecimiento. Tienes el don. Un abrazo enorme, Fred, y sigue contándonos, por favor.
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