El Premio Nacional de Fotografía ha recaído este año en Isabel Muñoz, fotógrafa del cuerpo, como la definen los críticos. El jurado del premio destaca de su trabajo «la combinación en su obra del compromiso social con la búsqueda de la belleza». Quienes llevéis más tiempo entrando en Mi casa os habréis encontrado aquí sus fotografías y una hermosa y triste historia que contó a El País Semanal respecto a una de sus imágenes. Os dejo la referencia, por si os interesa.
Las imágenes que os traigo pertenecen a su serie sobre Etiopía, donde contacta con tribus que acostumbran a decorar sus cuerpos. Fotografía a los Surma, Nyangaton, Hammer, Banna, Bodi, Cursi, Karo y Nuer. Amante de la belleza, inmortaliza su peculiar modo de adornarse para embellecerse.
Es innegable el poder expresivo de estas fotografías, su magnetismo, su potencia. Quizá lo que menos me gusta de su trabajo es ese gusto por lo espectacular y lo impactante. En Camboya fotografía a los niños mutilados por minas unipersonales y a danzantes Khmer; y en China, a la escuela de circo de Beijing. Fotografía la incuestionable belleza de los bailarines de la compañía de Víctor Ullate.
Confieso que prefiero un trabajo que tenga más que ver con la mirada del fotógrafo que con el atractivo evidente del objeto fotografiado. En cualquier caso, una excelente fotógrafa.