La vida nocturna, los ambientes marginales, los desnudos. Para no cansaros, he elegido media docena de cuadros, protagonizados por mujeres, para cerrar este recorrido por la pintura Fauve. Durante tres años este grupo de amigos, de distintas edades y miradas, caminaron juntos, se midieron, se apoyaron y se estimularon, rompieron con viejos clichés y liberaron al color de las ataduras del dibujo, dejándolo respirar libre, fuerza expresiva arrolladora. «La pasión por el color», es el título de esta exposición en la Fundación Mapfre.
Kees van Donger, fascinado por el mundo de la noche, retrató como ninguno del grupo a prostitutas, bailarinas y acróbatas, que conoció en los locales de Montmatre que frecuentaba y en el circo Medrano. Abro con uno de sus lienzos, que me recuerda a los expresionistas alemanes, Chanteuse de cabaret, realizado en 1904. Van Dongen fue el que durante más tiempo se mantuvo fiel al estilo fauve, hasta 1910, mientras que el resto del grupo, entre 1907 y 1908, fueron alejándose y trazando su propio camino. Arriba, a la izquierda, vemos Nu assis (1907), de Braque, paulatinamente más influido por Cezanne, y que acabaría abrazando el cubismo. El cuadro de la derecha, fechado un año antes y titulado también Nu assis pertenece a Matisse, que explicaba:» Cada uno de nosotros rechazó la parte del fauvismo que consideró excesiva, cada uno según su propia personalidad, para dar con una trayectoria propia».
Y de Matisse es también el precioso boceto que os muestro a la izquierda, Grand nu assis, de 1909. Vlaminck se ganó la vida durante varios años como músico en locales nocturnos, y conoció de cerca los ambientes marginales. Y pintó prostitutas, como esta de La danseuse du «Rat Mort» (1905-1906). También me pareció espléndido La fille endormie, de un intimista Charles Camoin, fechado en 1905.
Y como imagen destacada vuelvo a elegir a Matisse y su genio deslumbrante: Marguerite, pintado en 1907.Con ella despido la exposición.