Cuando viajas a Berlín por primera vez es inevitable recordar el terror que vivió esta ciudad y recorrer los escenarios más emblemáticos de aquella barbarie, que los alemanes no permiten olvidar a las nuevas generaciones y que siguen dispuestos a expiar eternamente, lo que por otra parte siempre me ha parecido injusto y un punto masoquista. Los pecados de los padres no tienen por qué suponer una losa para quienes no tienen responsabilidad alguna. No debemos olvidar los horrores infringidos a los otros (ningún pueblo se libra, aunque sí es cierto que el genocidio nazi, por sus características de planificación casi industrial, resulta especialmente monstruoso), pero ningún pueblo se merece purgar un castigo eternamente.
Como es la primera visita de mi hija, seguimos la topografía del terror. El Checkpoint Charlie, en la confluencia de la Friedrichstrasse y la Zimmerstrasse, es el punto de conexión entre los dos Berlín, el norteamericano y el soviético. En este punto, tal como veis en la imagen que encabeza estas líneas, han construido una reproducción exacta del puesto fronterizo, que funcionó desde 1961 hasta 1990. En el que fuera sector occidental, el museo que veis arriba a la derecha recuerda la historia del muro. En el lado soviético, otro museo expone en imágenes la cronología de los hechos más significativos-
Entre las historias que aquí se cuentan destaca la de Peter Fechter, un joven alemán que intentó junto con un amigo saltar el muro y huir a la Alemania Federal. Los soldados de la Alemania Democrática le dispararon e hirieron gravemente, abandonándole junto al muro para que su agonía pudiera observarse desde el sector occidental. Tardó una hora en desangrarse hasta morir. Solo entonces retiraron el cadáver, como veis en la foto.
Sobre estas líneas, varias fotografías expuestas muestran cómo se las ingeniaban los alemanes para burlar a los soldados y cruzar el muro, jugándose la vida. A la derecha, un montaje sobre una imagen de la Puerta de Brandenburgo nos retrotrae al estado en que quedó tras los bombardeos aliados.
En este solar de la calle Zimmerstrasse se alzó hasta 1945 el cuartel general del Tercer Reich, la Gestapo, los Servicios Secretos y las SS. En la parte exterior, una exposición de fotografías y leyendas explicativas. En el interior, donde antes se encontraban los calabozos y las mazmorras, una pantalla panorámica de 18 metros de altura en la que se proyecta un vídeo de Yadegar Asisi y se muestra una recreación de una parte del muro y sus aledaños, tanto en el sector oriental como en el occidental. Se observa desde una estructura metálica elevada, a oscuras, y resulta muy impresionante.