El jueves pasado Lluís Bassets titulaba ¿El peor año de nuestra vida? un artículo en el diario El País. Y llegaba a la conclusión de que malo, sí, ¿el peor? discutible. Pese a Siria, Libia, Yemen e Irak. Pese a Trump.
2016 ha sido un año muy duro que me ha traído mucho dolor y un sentimiento de soledad que no había conocido hasta ahora, con el que estoy empezando a aprender a convivir. Pero también ha sido un año hermoso. He podido seguir disfrutando de mis padres; he sido testigo de cómo mi nieto se convierte en un adolescente generoso y considerado; he compartido con mi hija y hemos llorado y reído juntas y, sobre todo, he ayudado a mi compañero a irse en paz. Ayudar a morir es tan o más importante que ayudar a nacer. Y pese al dolor, haber podido vivir junto a él sus últimos días ha sido uno de los acontecimientos más intensos y hermosos que he vivido nunca.
Querida SolPau, me da vergüenza responder a esta entrada, porque casi siempre mi opción es guardar silencio. Por pudor, no me he atrevido a expresarte mi solidaridad cuando compartías aquí tu dolor por la ausencia de tu pareja. Sigue pareciéndome extraño inmiscuirme en la vida de los demás cuando no hay un verdadero conocimiento, cuando la relación es sólo parte de este mundo virtual. Pero te he leído, siempre, y me he conmovido contigo, sobre todo porque adivino una relación amorosa llena de complicidad. La muerte forma parte de la vida, algo tan tópico se llena de significado cuando alguien muy cercano se va cuando no le tocaba. Porque la muerte de los ancianos es algo asumido, pero ver marchar a alguien antes de tiempo enseña la verdadera dimensión de la muerte. Nos acompaña siempre, camina con nosotros. Es un regalo grande ayudar a quien queremos a irse dignamente, y asistir a ese momento y despedirse es trascendental para el que se queda, y un gran consuelo.
El 2016 ha sido un buen año para mi, después de dos o tres espantosos. No es un buen año para el mundo, y me preocupa qué lugar van a habitar mis hijos, y los hijos de todos nosotros. Les toca construírlo ¿serán capaces de volverlo mejor? No soy muy optimista, pero tengo fe en el ser humano, que es capaz de construir tanta hermosura como tú nos traes aquí tan a menudo.
Un año más, y la vida sigue, los niños se convierten en adolescentes, los adolescentes en jóvenes adultos, y el ciclo continúa, y lo más hermoso es seguir sintiendo. Dolor también. Yo le pido al nuevo año que la vida siga sin serme indiferente.
Abrazos y feliz 2017
Me gustaMe gusta
Queridísima Ilona. Leí tu cariñoso comentario y me conmovió tanto que no me he sentido con el ánimo adecuado para contestarte hasta hoy. Ya han pasado estas fiestas, que por otra parte he vivido rodeada del amor de mi gente, y ya me siento con mayor ánimo para afrontar este año y disfrutar de todo lo bueno que me depara a diario.
Posees una sensibilidad y una delicadeza excepcional, y aunque nuestra relación sea puramente virtual, ocupas un lugar en mis afectos. Te envío un abrazo fortísimo, y todo lo mejor para este año que comienza
Me gustaMe gusta
Mañana, puntual a la cita, la Filarmónica de Viena nos obsequiará un concierto de Año Nuevo más. El patio de mi casa debe de ser particular, porque las mañanas de ese día tan singular los valses vieneses retumban en las paredes alicatadas y se filtran por las ventanas de cocinas y cuartos de baño: imposible evadirse de aquella dulce barahúnda.
Hace unos años escribía yo este relatillo para un amigo sevillano, artista polifacético y de un malpasar la vida bastante confortable:
CLAVE BIEN TEMPERADO
Es curioso, Maya. La semana pasada viajaba en mi coche por una sinuosa carretera de montaña; nada que ver con esas rectas esteparias que acabas de recorrer tú. Llevaba terciado en la trasera un Clavinova de siete octavas (y media). Los abismos y las piedras desprendidas sobre la pista hacían que no pudiese darle rienda a la mente para que discurriera por vagorosos pensamientos. Pero «El clave bien temperado» y las «Variaciones Goldberg» me acompañaron como un bajo continuo durante todo el trayecto.
Al llegar a destino, me llevaron al salón del evento. Una hora después, tocaba con brío «El torito bravo», de El Fari; «Mi carro», de don Manuel… Y como remate «Paquito el chocolatero». del maestro Torquemada. Inenarrable el éxito.
Ya de vuelta a casa, casi a la amanecida; «toqué» muchos «Nocturnos» de Chopín y buena parte del Concierto nº 1 de Tchaikowsky. No me duró nada el regreso.
Lo que a mí me hubiese gustado es haberme acostado con las gallinas y acudir a la Wiener Musikverein, a la Goldener Saal, al lado de aquella gente tan fisna…
Pero ser guapos, inteligentes y artistas, y encima pretender tener pasta iba a ser mucha ambición. Happy New Year, my friend.
La música nos salvará, Sol.
Feliz y prometedor año de 2017. Un beso.
Me gustaMe gusta
Mi querido Fred,
Qué decirte después de tanto tiempo caminando juntos por Mi casa y compartiendo, aunque sea en la distancia, tantas cosas importantes. Me he retrasado en contestarte, no son días fáciles para mi, pero quiero que sepas que siempre, siempre, tus palabras me acompañan y despiertan mi sonrisa. Muy muy feliz año, amigo mio, y todo mi cariño
Me gustaMe gusta
Querida Sol, indiscutiblemente ha sido un año duro…mucho! Perdiste a tu SER AMADO, yo perdí un hermano y te comprendo tan bien…que hemos llorado juntas. La experiencia fue tan intensa, que un lazo fuerte nos ha unido.
Mis mejores deseos para el 2017!!! Un fuerte beso.
Me gustaMe gusta
Queridísima Pili, entre nosotras sobran las palabras. Sabes cuánto te quiero
Me gustaMe gusta