La interpretación de José Luis Gómez como Celestina me ha parecido sencillamente antológica. Creo que en este país contamos con grandes actores, algunos grandísimos (me vienen a la memoria Pou, Homar, Portillo) pero hay dos que, a mi juicio, se sientan a la derecha de dios padre: Nuria Espert y José Luis Gómez. Ver a Gómez en el escenario, transmutado en esta vieja alcahueta, sagaz y taimada, pero tan enraizada a la tierra, es un espectáculo impagable.
Gómez dice el verso con total naturalidad; su lenguaje corporal dota de absoluta verosimilitud y enorme expresividad a la vieja arpía, y resulta imposible separar la mirada de su figura cuando se encuentra en el escenario. También me gustaron el resto de los actores: Calixto, interpretado por Raúl Prieto, el enfebrecido enamorado; Marta Belmonte, en el papel de la dulce y frágil Melibea. Y me llamó la atención especialmente Sempronio, en manos de José Luis Torrijo.
La dirección corre a cargo del propio José Luis Gómez, y la producción del Teatro de La Abadía y la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Muy recomendable. Os dejo con su vídeo de promoción:
Estoy absolutamente de acuerdo en tu apreciación sobre los dos actores españoles que acompañan a Dios Padre en su Gloria eterna.
De Nuria está ya todo dicho. Si ir más lejos, la tuviste en Tu Casa con motivo de su Princesa del año pasado y el sublime monólogo de Doña Rosita con que asombró al Teatro Campoamor y a tal vez millones de tele espectadores en todo el mundo.
José Luis es menos mediático siendo una de las glorias de la escena española del s. XX y XXI. Como Nuria, aparecer él en escena y detenerse el mundo es todo uno. En mi no docta opinión creo que es la perfección interpretativa hecha hombre.
Te recomiendo vivamente que veas en YouTube su vídeo titulado «Venceréis pero con convenceréis» grabado con motivo del 80º aniversario celebérrimo discurso del rector de Salamanca Miguel de Unamuno en su paraninfo el 12 de octubre de 1936 en el que a poco estuvo de ser linchado a la salida de no ser, y lo cortés no quita lo galante, por el brazo salvador que le tendió Carmen Polo de Franco presente en el solemne acto.
Se trata de un monólogo con el texto exacto que pronunció don Miguel aquel día, sólo dos meses antes de su propia muerte. Creo que te dejará sin sentido.
Mil besinos, grandes y «piquiñinos»
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Me ha gustado tanto, José, que le he dedicado un post. Gracias cielo, siempre me descubres cosas fantásticas. Un beso enorme
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