Hace unos días leía en un diario unas declaraciones del modisto Pierre Cardin, de 94 años, afirmando que «la belleza es cruel cuando uno tiene una edad». Cardin fue un hombre guapo, y lo sigue siendo hoy, con la piel arrugada y cubierto de manchas. ¿Se pierde la belleza con los años? ¿No será que condicionamos la belleza al atractivo sexual y a un canon físico prácticamente inalcanzable en la juventud e inexorablemente fuera del alcance de la vejez?
En el café donde tomo mi segundo desayuno a diario coincido con un anciano que hace lo propio, mientras hojea un periódico (cambia a menudo: ABC, El Mundo, La Razón, nunca El País). Me gusta observarle. Viste pulcramente, se muestra amable con los camareros, el rostro relajado y la mirada sonriente. Sus facciones son corrientes. no especialmente armoniosas, pero me resulta de una belleza conmovedora.
La belleza surge del interior y se refleja en el rostro, en la mirada, en la forma de moverse. Poco tiene que ver con la tersura de la piel o la firmeza de los músculos. Yo tengo la suerte de vivir junto a ella. Mi madre lleva 84 años proyectando la belleza que nace en su interior, una luz que nos envuelve a todos los que la conocemos. Una belleza resistente al tiempo y al dolor. Así de afortunada soy.
La belleza, elegancia y porte de tu madre fueron, son y serán legendarias en Oviedo.
Un beso bello para ambas.
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Gracias José, eres un cielo. Un beso enorme
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Increíble Sol la belleza de tu madre!!!
En la foto…está radiante.
Un beso fuerte, fuerte.
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Gracias Pili. Mañana te daré un abrazo enorme.
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Al encender hoy el movil me encontré con la foto de tu madre y tu artículo. Me encantaron los dos. Tienes mucha razón primina. Hay que reeducar la mirada para no perdernos lo mejor . Mirar con amor.
Un beso enorme a tu maravillosa madre y otro para ti.
Marisa
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Qué alegría encontrarte por aquí, Marisina. Gracias, cielo, por tus palabras. Le doy tus besos a mamá.Un beso enorme
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