!Cuanto se agradece una película en la que el director respete la inteligencia del espectador y cuente con la sabiduría suficiente para conseguir la máxima significación con los mínimos elementos¡ Moonlight apela en la misma medida a la razón y a los sentimientos, pero de forma tan medida que en ningún momento se regodea en extremo alguno. Es una película hecha de silencios, de miradas, de flashes luminosos, una película cristalina magníficamente dirigida por Barry Jenkins, responsable también del guión. Una digna aspirante al Óscar.

El tema invita a la desmesura. Se trata de la vida de un hombre de color, gay, hijo de una yonki, en los suburbios de Miami. Un medio brutal, machista y marginal, en el que debe sobrevivir un chico diferente. Un niño hipersensible, encerrado en sí mismo, que se expresa fundamentalmente a través de la mirada. Y adivinamos su desconcierto al ir comprobando en la adolescencia su predilección por lo masculino. Y se oculta tras un aspecto de violenta masculinidad en su madurez. Una película exquisita y sutil, que os recomiendo encarecidamente.

Os dejo con el trailer: