
Otro de los muchos atractivos que ofrece la exposición de los Expresionistas Abstractos es la posibilidad de disfrutar de un conjunto extraordinario de «Rothkos», muchos de ellos pertenecientes a colecciones privadas americanas, como el No.15 (Darck Greens and Blue with Green Band) que encabeza este comentario, cuadros que es más que probable nunca volvamos a poder contemplar. Este óleo de grandes dimensiones (261×293 cm), firmado en 1957, es uno de los más maravillosos que he visto nunca. Plantarte cerca de él y dejar pasar el tiempo mirándolo es una experiencia inolvidable. La Royal Academy ha tenido el acierto de colocar a seis de gran formato en una sala circular, con una iluminación intimista que te invita a establecer esa relación sensorial con los cuadros que buscaba su autor.
Los asiduos a Mi casa sabéis de mi especial relación con la obra de este pintor, capaz de conmoverme como pocos. Me atrapa. Sus cuadros, algunos muy especialmente, me transportan como solo consigue la música de algunos compositores. Han surgido a mi lado en momentos especiales de mi vida, como una invitación hacia lugares más cálidos, íntimos y luminosos.
«No soy un pintor abstracto […] No me interesan las relaciones entre colores y formas […] Sólo estoy interesado en expresar las emociones básicas del ser humano (tragedia, éxtasis, fatalidad…) y el hecho de que mucha gente se descomponga y llore ante mis cuadros demuestra que he conseguido comunicar esas emociones básicas. Cuando la gente llora ante mis cuadros están teniendo la misma experiencia religiosa que yo mismo tuve cuando los pintaba. Y si usted, como dice, sólo se emociona por la relación entre los colores, es que no lo ha entendido», afirmó en una conversación que tuvo en 1957 con el escritor Selden Rodman.
Rothko evolucionó desde la figuración (os he mostrado algunos cuadros de su primera época en una entrada anterior), se interesó por el expresionismo y el surrealismo hasta que, a partir de los años cincuenta del pasado siglo comenzó a investigar los «campos de color». En los cuadros que os muestro podéis ver su evolución, desde Untitled (Violet,Black, Orange, Yellow on White and Red), arriba a la izquierda, firmado en 1949; No. 4 (Untitle), de 1953; Untitle y No. 64, ambos de 1960, sobre estas líneas; y No. 1 (White and Red) de 1962 abajo, a la izquierda.
A finales de los años sesenta, en medio de una profunda depresión, comenzó a pintar campos de color cada vez más oscuros, hasta que el negro se fue adueñando del lienzo. A esta época pertenece la obra que veis a la derecha, Untitle (Black and Gray), firmada en 1969/70. Fue uno de sus últimos cuadros. En ese año, 1970, se suicidó.