Hace tiempo que me perdí con la cronología de La Guerra de las Galaxias y sus sucesivas idas y venidas. No sé ni siquiera si he visto todas las entregas porque en mi memoria personajes y episodios forman una maraña inextricable que tampoco hago gran cosa por desentrañar. Sé que he disfrutado las que he visto, pero el universo galáctico me resulta mucho menos atractivo que el mágico de Harry Potter o el vampírico de Drácula y sus secuelas. Esta mezcla de alta tecnología y ambientación medieval es atractiva, desde luego, pero no cautivadora. Según parece «la historia de ‘Rogue One’ se sitúa cuando Anakin Skywalker ya se ha convertido en Darth Vader después de luchar con Obi-Wan Kenobi en el planeta Mustafar y el Emperador Palpatine es una amenaza después de que el Imperio haya reemplazado a la Antigua República como forma de gobernar la galaxia». Para quien lo entienda.

Allá voy con mi nieto, dispuesta a disfrutar de lo que esta nueva entrega me depare. Creo que es la primera de la factoría Disney en colaboración con Lucas. Pasamos un rato entretenido, sin más consecuencias. El cine está hasta arriba de niños que gritan y aplauden encantados. Al mío le veo atento, pero no tan entusiasmado como en anteriores aventuras espaciales. Al salir, pacientemente, intenta  explicarme en qué momento de la saga hay que colocar estos acontecimientos, pero en vista de mi supinas ignorancia me mira con cariñosa conmiseración y me deja por imposible.

Os dejo con el trailer: