Amor mío:
el tiempo turbulento pasó por mi corazón
igual que durante una tormenta, un río pasa bajo un puente:
rumoroso, incesante, lleva lejos
hojas y peces muertos,
fragmentos desteñidos del paisaje,
agonizantes restos de la vida.
Ahora,
todo ya aguas abajo
– luz distinta y silencio -,
quedan solo los ecos de aquel fragor distante,
un aroma impreciso a cortezas podridas,
y tu imagen entera, inconmovible,
tercamente aferrada
– como la rama grande
que el viento desgajó de un viejo tronco –
a la borrosa orilla de mi vida.
Ángel González
A pesar, a pesar de todo, Ángel lo deja bien claro, «…queda tu imagen entera, inconmovible…»
Mil besos desde Oviedo en esas mañanas que bien conoces en las que parece no va a amanecer del todo nunca más, pero sí que vuelve a brillar el sol, y de qué manera.
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Cuántos recuerdos van ligados a los versos de Ángel, verdad, José? Un gran beso, querido
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